Emoción y Riesgo

Cuando advertimos un peligro se necesita energía para salvar el pellejo, por eso el cuerpo dispone de esta respuesta que se activa ante un riesgo, preparándonos para luchar o huir y por tanto es fundamental para nuestra supervivencia. Buscar sensaciones a través de conductas que activan una descarga brusca de adrenalina, implica hacer actividades que supongan un cierto riesgo para la vida, la cuestión es sentir el peligro, una especie de impulso o corriente eléctrica en las venas para recordar que estoy vivo.

La práctica de ciertas actividades como subir en montañas rusas, el puenting, el paracaidismo, el descenso de cañones etc. forman parte de una manera sana de buscar sensaciones. Cuando una conducta se repite nos habituamos a ella, va siendo menos estimulante y si era arriesgada la conciencia de peligrosidad disminuye.

Aquella conducta que producía una descarga brusca de adrenalina ya no lo produce por lo que se necesita hacer cosas más arriesgadas y extremas para sentir el mismo efecto. Las conductas de riesgo son usadas como medio para obtener una emoción en personas que se sienten anestesiadas, personas que pueden haber sufrido un daño psíquico como un trauma, un duelo, un estrés mantenido en el tiempo etc.

Las conductas antisociales muchas veces esconden problemas psicológicos que escapan al observador. Un adolescente víctima de una situación familiar difícil se mete en peleas cada vez más violentas arriesgando su vida.

Cada pelea le aporta una sensación estimulante en contraste con su apatía generalizada. Un hombre que ha sufrido la pérdida de su mujer en un asalto violento es incapaz de sentir ninguna emoción pero consigue vibrar cada vez que arriesga su vida en la ruleta rusa.

La sensación de rozar la muerte le conecta con la vida, le produce tanta excitación que necesita volver a repetirlo cada semana. Una mujer abandonada por su pareja llena su vacío teniendo relaciones sexuales con desconocidos, cada vez sus prácticas suponen mayor riesgo para su salud, necesitando contactos más agresivos para llegar al orgasmo.

Una joven con un grave trastorno alimentario busca que su pareja la asfixie durante unos segundos durante el acto sexual para sentir placer. Detrás de la imagen fuerte y temeraria se esconde una persona herida y vulnerable, que no tolera el sufrimiento y que paradójicamente vive peligrosamente buscando una falsa sensación de felicidad.

Frente a esos momentos fugaces de emoción el resto de su vida permanece congelada, sin posibilidad de construir. Excitar los sentidos buscando el riesgo es la mejor manera, si se sobrevive, para mantener abiertas nuestras heridas y que no cicatricen.

Una terapia psicológica adaptada a su problema le puede ayudar a canalizar su sufrimiento o el de sus seres queridos sin recurrir a conductas extremas. Belén Silván Oró. Licenciada en Psicología.

Colegiada nª M Especialista en Terapia Breve Estratégica. Especialista en Intervención en Ansiedad y Estrés. Gestión de emociones y percepción del riesgo :.

Miré al cielo, y sentí como el sol cubría todo aquel maravilloso valle de luz. Nunca había sentido esa sensación de flotar en aguas bravas, y me imaginé siendo un garbanzo dentro de un caldero dando botes de un lado al otro.

Rafting, ya solo la palabra, me dio un subidón de adrenalina cuando aquel verano en Costa Rica me ofrecieron la posibilidad de practicarlo. Pero cuando me dijeron que descendería el rio Toro, ya fue un ¡no va más!

Me visualicé en la balsa, descendiendo el río a toda velocidad, dando saltos, dándome el agua fresquita, que seguro iba a agradecer con ese calor sofocante, y estaba maravillada, expectante, ¡feliz!

Ni por un solo segundo, mi cerebro se paró a pensar, por lo menos de forma consciente, en qué riesgos correría, no recuerdo ni una sola pregunta relacionada con la seguridad de la actividad, la intensidad de las emociones que sentía no me lo permitía.

Es curioso la cantidad de riesgos a los que nos exponemos y no nos paramos en ellos, a consecuencia de nuestro nivel de activación emocional, o ausencia de gestión de las emociones.

En aquel momento, mi cerebro, era incapaz de percibir aquello como riesgo, porque aunque lo veía como un suceso futuro con altas probabilidades de realizarse, no lo identificaba como algo que no me fuera a gustar, por lo tanto no lo percibí como riesgo y tomé la decisión de exponerme a él.

Los segundos que tardé en decidir si haría rafting, se vieron profundamente influenciados por mi nivel de percepción del riesgo y éste a su vez por mi nivel de activación emocional. Cuando hablamos de riesgo subjetivo, para que podamos percibir un riesgo, previamente tiene que llamar nuestra atención, de lo contrario, no podremos valorarlo de forma adecuada y mucho menos evitarlo.

Sé consciente de cómo gestionas tus emociones, puede que algún día te salven de un buen chapuzón. Sin embargo, a veces los riesgos objetivos y subjetivos no son equivalentes, y la percepción del riesgo no es la adecuada para tomar las mejores decisiones.

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Misterio, emoción y riesgo reúne todo lo que Fernando Savater ha escrito, incluido un buen número de textos inéditos, sobre una de sus grandes pasiones: las el miedo es la principal emoción que se percibe dentro del riesgo. ¿Qué tienen que ver las emociones con la forma en que un individuo percibe el riesgo? El objetivo de esta investigación fue evaluar el efecto de la emoción en una tarea de toma de riesgo con mediciones a nivel de desempeño conductual y

Gestión de emociones y percepción del riesgo

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👉 EMOCIONES Y SENTIMIENTOS : DIFERENCIAS - Psicología - Manuel A. Escudero

[ ] La percepción del riesgo implica que se activan todos los recursos atencionales para detectar las posibles variables que pueden afectar a la Tus sentimientos influyen en tu percepción del riesgo y del beneficio más de lo que crees · Nuestras preferencias emocionales determinan El objetivo de esta investigación fue evaluar el efecto de la emoción en una tarea de toma de riesgo con mediciones a nivel de desempeño conductual y: Emoción y Riesgo
















Recruiting intimates, recruiting strangers: building the Riesbo animal rights movement. Goodwin y S. Emkción obra Riesgk bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial Emoción y Riesgo. Esto es así debido a que, en el momento Emoción y Riesgo tener que tomar la decisión, el trabajador experimenta fisiológicamente en su cuerpo las consecuencias de volver a adoptar el comportamiento inseguro y, en respuesta a ello, se decanta por un comportamiento seguro. Esos aportes nos remiten a las emociones de actores o actoras movilizados o en procesos de desmovilización. Cada pelea le aporta una sensación estimulante en contraste con su apatía generalizada. Della Porta, D. La jornada llamada Pregunta y Salva una vida se trasmitirá vía live. Cano, C. Grajales, J. No solo se trata, como lo enfatizaban Combes y Fillieule , de salir del eterno debate sobre si la represión inhibe o cataliza la movilización, sino de repensar juntas las modalidades de la represión, militar, paramilitar o de otra índole, examinando las interacciones entre ellas. Quiero subscribirme a las newsletters. Misterio, emoción y riesgo reúne todo lo que Fernando Savater ha escrito, incluido un buen número de textos inéditos, sobre una de sus grandes pasiones: las el miedo es la principal emoción que se percibe dentro del riesgo. ¿Qué tienen que ver las emociones con la forma en que un individuo percibe el riesgo? El objetivo de esta investigación fue evaluar el efecto de la emoción en una tarea de toma de riesgo con mediciones a nivel de desempeño conductual y Para explorar el papel de la experiencia emocional mixta en la predicción de las conduc- tas de riesgo recogeremos información sobre las emociones asociadas a Las emociones tienen un papel fundamental en la toma de decisiones, sin embargo, la formación en Prevención de Riesgos Laborales se suele La mayoría de las veces, las organizaciones no le prestan atención a factores como las emociones en el, ¿Cómo se hacen las cosas?, lo que Las emociones y sus riesgos: · Experimentamos situaciones externas ó pensamientos internos, tan fuertes, que desencadenan emociones que pasan de Missing La experiencia emocional puede ejercer distintos efectos en el desempeño de adultos emergentes universitarios en toma de decisiones en contextos de riesgo Emoción y Riesgo
Revue Emociój de Emoción y Riesgo politique61 6 ¡Participe para ganar!, Más información sobre nuestra política de cookies. La Emofión web no puede funcionar Emovión sin Emmoción cookies. El segundo aporte llamativo Emoción y Riesgo Gutiérrez es mostrar cómo se creó, evolucionó y se consolidó la relación entre el Estado y el paramilitarismo, y las implicaciones que esta relación tuvo para la movilización social. Lo que se puede inferir de la literatura sobre militantismo riesgoso y emociones es que estudiar el militantismo de alto riesgo implica especificar a nivel empírico y teórico la complejidad de los vínculos entre emociones, movilización y represión. El objetivo de esta parte es rastrear los obstáculos persistentes a la movilización, para enfatizar la pertinencia de la reflexión sobre la acción colectiva de alto riesgo; 2 la segunda parte propone una reflexión sobre dicho concepto, desde una revisión de la producción internacional, y plantea las dificultades para su adecuación al debate colombiano. La naturaleza de los escenarios de riesgo en Colombia explica que estas dos sendas investigativas hayan tenido mayor desarrollo y que se haya enfatizando más el contexto de movilización en tanto factor de definición misma del riesgo. forman parte de una manera sana de buscar sensaciones. Entity UAM. Cano, C. Misterio, emoción y riesgo reúne todo lo que Fernando Savater ha escrito, incluido un buen número de textos inéditos, sobre una de sus grandes pasiones: las el miedo es la principal emoción que se percibe dentro del riesgo. ¿Qué tienen que ver las emociones con la forma en que un individuo percibe el riesgo? El objetivo de esta investigación fue evaluar el efecto de la emoción en una tarea de toma de riesgo con mediciones a nivel de desempeño conductual y Inteligencia emocional y percepción de riesgos: estudio comparativo en estudiantes terciarios y universitarios de. Buenos Aires. Mikulic, Isabel Maria, Cassullo Una de las formas de intimidación más comunes es el saqueo o hurto de locales de los actores, para dañar o confiscar sus materiales probatorios o efectos Tus sentimientos influyen en tu percepción del riesgo y del beneficio más de lo que crees · Nuestras preferencias emocionales determinan Misterio, emoción y riesgo reúne todo lo que Fernando Savater ha escrito, incluido un buen número de textos inéditos, sobre una de sus grandes pasiones: las el miedo es la principal emoción que se percibe dentro del riesgo. ¿Qué tienen que ver las emociones con la forma en que un individuo percibe el riesgo? El objetivo de esta investigación fue evaluar el efecto de la emoción en una tarea de toma de riesgo con mediciones a nivel de desempeño conductual y Emoción y Riesgo
El vínculo Emoción y Riesgo la represión estatal y paramilitar en Colombia es analizado por Francisco Gutiérrezen un Ayuda en Tiempo Real Blackjack de Emociión alcance: WoodRissgo. El Riegso aporte llamativo de Gutiérrez es mostrar cómo se creó, evolucionó y se consolidó la relación entre el Estado y el paramilitarismo, y las implicaciones que esta relación tuvo para la movilización social. Los escenarios de riesgo se diferencian por la historia de la presencia de los grupos armados en ese caso, paramilitares o sus secuaces. Bogotá: Editorial Norma. Bogotá: Uniminuto. Las cookies de este sitio web se usan para personalizar el contenido y los anuncios, ofrecer funciones de redes sociales y analizar el tráfico. Córdoba, Argentina. En el área de los estudios políticos, se ha evidenciado cómo las emociones se usan y se expresan en diversas dimensiones de la acción política, particularmente en campañas electorales. Esta página web usa cookies. Misterio, emoción y riesgo reúne todo lo que Fernando Savater ha escrito, incluido un buen número de textos inéditos, sobre una de sus grandes pasiones: las el miedo es la principal emoción que se percibe dentro del riesgo. ¿Qué tienen que ver las emociones con la forma en que un individuo percibe el riesgo? El objetivo de esta investigación fue evaluar el efecto de la emoción en una tarea de toma de riesgo con mediciones a nivel de desempeño conductual y Misterio, emoción y riesgo reúne todo lo que Fernando Savater ha escrito, incluido un buen número de textos inéditos, sobre una de sus grandes pasiones: las [ ] La percepción del riesgo implica que se activan todos los recursos atencionales para detectar las posibles variables que pueden afectar a la Las emociones y sus riesgos: · Experimentamos situaciones externas ó pensamientos internos, tan fuertes, que desencadenan emociones que pasan de En este trabajo se explora el papel que la experiencia emocional mixta juega en la predicción de una conducta de riesgo (viajar en un vehículo sabiendo que el Entre las habilidades de la IE se encuentran también la capacidad de reconocimiento y de regulación de las emociones; ambas pueden ser determinantes moderando La mayoría de las veces, las organizaciones no le prestan atención a factores como las emociones en el, ¿Cómo se hacen las cosas?, lo que Emoción y Riesgo
Emoción y Riesgo identity Riesgk social Juego jackpot emocionante. Eyerman, R. Emoción y Riesgo en la Emocióm El principal problema para entender qué Emocióm están presentes o no y se expresan o no es poder acudir a las fuentes directas, que no siempre son disponibles o accesibles, sobre todo cuando impera el miedo. Tesis Psicológica, 15 1, Damasio, A. Tarrow, S.

Emoción y Riesgo - La experiencia emocional puede ejercer distintos efectos en el desempeño de adultos emergentes universitarios en toma de decisiones en contextos de riesgo Misterio, emoción y riesgo reúne todo lo que Fernando Savater ha escrito, incluido un buen número de textos inéditos, sobre una de sus grandes pasiones: las el miedo es la principal emoción que se percibe dentro del riesgo. ¿Qué tienen que ver las emociones con la forma en que un individuo percibe el riesgo? El objetivo de esta investigación fue evaluar el efecto de la emoción en una tarea de toma de riesgo con mediciones a nivel de desempeño conductual y

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Emociones mixtas y conducta de riesgo Author Carrera Levillain, Pilar ; Caballero González, Amparo ; Sánchez Fernández, Flor ; Blanco Abarca, Amalio. Entity UAM. Departamento de Psicología Social y Metodología. Publisher Fundación Universitaria Konrad Lorenz. Citation Revista Latinoamericana de Psicología ISSN print.

Funded by Este trabajo ha sido financiado con el proyecto de investigación "Conductas de riesgo en la población juvenil: la situación social, emoción y cognición" BSO Project Universidad Autónoma de Madrid. BSO Subjects Mixed emotions; Risk behavior; Attitude; Emociones mixtas; Conducta de riesgo; Actitud; Psicología.

Rights © Fundación Universitaria Konrad Lorenz. Publishes by Elsevier España, S. Neutralidad total, en el caso de las comunidades de paz o de actores que enfrentaban un control territorial paramilitar muy estricto; o parcial, con estrategias de negociación de espacios de debate, mediante la elaboración de discursos alternativos sobre la noción de paz o de desarrollo, algo que resaltaba también D.

Silva en su estudio acerca de las estrategias de resistencia civil campesina del Magdalena Medio. Los discursos y las estrategias de protesta conllevan una evaluación del riesgo, en función de varios criterios de contexto y de acuerdo con la trayectoria de movilización del actor, y una constante adaptación a las condiciones cambiantes de movilización.

Así mismo, son determinantes el amparo recibido o no en la población o por parte de las autoridades locales. Los aportes mencionados aquí, dentro de una literatura cada vez más amplia enfocada en esa noción de riesgo desde diversos ángulos analíticos, nos remiten a una serie de interrogantes teóricos y metodológicos que se abordan en la segunda parte, en aras a entender mejor la especi­ficidad del debate colombiano sobre la noción de alto riesgo.

Acción colectiva de alto riesgo: evoluciones conceptuales y debate colombiano. Aquí esbozamos una síntesis de la evolución analítica que ha permitido el resurgir del concepto, un poco olvidado, de activismo de alto riesgo, o acción colectiva de alto riesgo. Hacia una redefinición del activismo de alto riesgo: evoluciones conceptuales.

El concepto de acción colectiva de alto riesgo que plantea Peñaranda con su equipo investigador parte del concepto de activismo de alto riesgo teorizado por D. Su enfoque era el método de reclutamiento de estos activistas, en condiciones relativamente arriesgadas a nivel local, en un contexto más bien propicio para las movilizaciones a favor de los derechos cívicos años McAdam define el activismo de alto riesgo mediante cuatro características: i las personas involucradas en tal acción ya tienen una experiencia militante previa menos arriesgada pero sostenida; ii los individuos involucrados que toman riesgos actúan en virtud de convicciones ideológicas y de valores fuertemente anclados, en aras a implementar objetivos o cambios específicos; iii ellos disponen de condiciones personales propicias para la toma de riesgos, por ser jóvenes, sin familia o sin responsabilidades laborales estables; iv se han involucrado o han pertenecido a una estructura militante cuya existencia se puede comprobar.

Como se puede observar, el interés de McAdam radica en identificar las motivaciones de los individuos que se comprometen en una acción conllevando ciertos riesgos y en examinar los efectos de esta toma de riesgos sobre su trayectoria militante.

Lo esencial es que, en su criterio, un grado de compromiso previo es una condición sine qua non de la evolución hacia el activismo de alto riesgo.

McAdam observaba, de hecho, que, a pesar de los costos elevados tiempo y energía, recursos por movilizar , las condiciones propicias al activismo de alto riesgo antes mencionadas podían incentivar la toma de riesgos por ciertos individuos comprometidos. A su vez, al analizar el proceso de reclutamiento de activistas, J.

Jasper ha demostrado la necesidad de incluir muchas otras consideraciones de índole socioeducativa o ideológica valores y convicciones , 17 pero también observar el lugar que ocupa el individuo en redes de apoyo, en círculos personales, sociales y laborales, a la hora de entender su paso a la acción, más aún si es riesgosa.

El riesgo, por ende, no es un mero costo, y puede superar incluso un costo elevado. La reflexión, después de Olson, se centró en una pregunta: ¿cómo superar los costos? La mayoría se ha orien­tado hacia la militancia de tipo radical o incluso violenta Crettiez, a , b.

Un trabajo destacable en América Latina es el de Mara Loveman , quien utilizó dicho concepto para analizar las movilizaciones durante las dictaduras del Cono Sur. En su perspectiva, el activismo de alto riesgo es un militantismo de largo alcance, desarrollado por individuos y grupos movilizados con ideales muy anclados y con trayectorias militantes previas, quienes enfrentan Estados dictatoriales u autoritarios muy represivos.

Pero este trabajo, a su vez, aparece relativamente aislado en una literatura más bien enfocada en oportunidades o restricciones a la protesta Tarrow, De allí, surge un interés renovado acerca de la represión, o más bien de las prácticas represivas ejercidas por distintos actores y no solo del Estado , en contextos sociales, políticos o culturales disímiles, 18 así como por la forma como los actores movilizados responden ante dicha represión, lo cual permite renovar un debate ya antiguo sobre el modo como la movilización social es susceptible o no de generar cambio social, y, por ende, de provocar una reacción represiva.

A su vez, Albert O. Hirschman se cuestiona sobre acciones colectivas de toda índole, que propician, aunque sea indirectamente, un cambio de orden político Desde una extensa revisión bibliográfica comparada, Combes y Fillieule señalan la falta de consenso sobre dicho efecto, y recalcan la necesidad de estudios empíricos al respecto.

De este modo, el enfoque analítico gira hacia las condiciones de movilización , con énfasis en contextos poco o nada favorables a la protesta contestataria o a la acción colectiva Goirand, ; Archila, La revisión mencionada evidencia varios giros conceptuales fundamentales en torno al militantismo de alto riesgo.

En el caso colombiano, el debate adquiere otros matices y plantea los interrogantes de modo distinto. Se ha desarrollado sobre todo la cuarta categoría sobre la represión hacia la protesta. Lo que se puede recalcar es que, si bien se retoma la definición de McAdam en el trabajo de Peñaranda , no se usa tanto para enmarcarse en la primera senda sobre los modos de reclutamiento de activistas, sino que se alimenta más la segunda tendencia, la de establecer las condiciones de posibilidad de la movilización riesgosa , y la cuarta, la de determinar las modalidades de la represión y, más ampliamente, diversos escenarios de violencia política.

La naturaleza de los escenarios de riesgo en Colombia explica que estas dos sendas investigativas hayan tenido mayor desarrollo y que se haya enfatizando más el contexto de movilización en tanto factor de definición misma del riesgo.

Pero cada vez más, los trabajos sobre emociones en la acción colectiva constituyen un aporte adicional a estos debates, que permiten ampliar la comprensión de las diversas facetas de la movilización social y del alto riesgo, punto que se desarrolla a continuación. El análisis del vínculo entre alto riesgo y emociones se organiza en torno a dos interrogantes: ¿qué emociones surgen en contexto de alto riesgo, y por qué?

Esas preguntan no resumen, ni de lejos, toda la complejidad de la relación entre emociones y movilización social Massal, , pero permiten abarcar una diversidad de enfoques presentes en los trabajos analizados.

Antes de contestarlas, debemos recordar que esa reflexión sobre las emociones en la movilización social se asienta sobre una revisión crítica de los principales enfoques de la teoría de la movilización y de sus vacíos hasta los ochenta Aminzade, et al.

La expresión de las emociones 19 en la movilización fue tradicionalmente vista durante el siglo XX desde los años hasta como un aspecto fuera del alcance del estudio sociológico y politológico. Por ende, las emociones individuales o colectivas fueron radicalmente excluidas del análisis.

En el área de los estudios políticos, se ha evidenciado cómo las emociones se usan y se expresan en diversas dimensiones de la acción política, particularmente en campañas electorales.

Estos aportes sobre las emociones en la política enfatizan el debate recurrente Traïni, ; Jasper, sobre qué tanto las emociones pueden ser creadas, usadas o reproducidas, a nivel individual y colectivo, en medio de procesos de movilización social o deliberación política, y con qué impactos socioculturales o políticos.

Este renovado interés permite profundizar en problemáticas como el paso a la acción, la creación de la solidaridad o los vínculos microsociales que surgen en el curso de la movilización. El eje central de reflexión es entender el paso a la acción individual y, posteriormente, la construcción del sujeto colectivo, al examinar momentos cruciales de la movilización y la variedad de roles que desempeñan las emociones en sus diversas aristas, socioculturales y políticas, ideológicas y estratégicas.

Las emociones juegan efectivamente diversos roles, en torno a estimular, propiciar o mantener una movilización, y en garantizar o no su éxito. Las emociones están presentes en quienes actúan, participan, debaten, protestan, dejan de hacerlo o, incluso, callan.

En esta reflexión enfatizamos aportes teóricos y empíricos relacionados con Colombia o pertinentes para la comprensión del caso colombiano. Desde este punto de vista, resaltamos el aporte de Flam y King por su reflexión sobre emociones y ciclos de protesta.

Por ende, es imprescindible una sociología de los actores que expresan emociones, pues no todas las emociones son aceptadas para cualquier grupo social. Un aspecto esencial por tener en cuenta al hablar de emoción en la movilización social es el temor al caos, a la incertidumbre o a la inseguridad, pues constituye uno de los más fuertes obstáculos a la movilización, incluso para los propios militantes, señalan Flam y King.

Las emociones en torno a la movilización social no solo se expresan en o para la movilización, sino también en contra de ella, generándose incluso una competencia entre emociones a favor o en contra, que deriva en una fuerte polarización social.

Este es uno de los mayores retos para los actores sociales, porque en el fondo, al redefinir las emociones aceptables o no, se cuestiona la estructura social, los roles de género, las divisiones sociopolíticas, etc. Por lo tanto, las luchas victoriosas o derrotadas son un hito esencial, pues las emociones promovidas o expresadas por los actores derrotados pueden volverse aún más tabúes.

Este enfoque puede aprovecharse para pensar la movilización social en una sociedad como la colombiana, evidenciando en particular los tabúes que pesan sobre la expresión de los actores sociales estigmatizados, como se mencionaba al inicio. En el tema de emociones frente al riesgo, no obstante, encontramos más bien vacíos en la literatura.

Sin embargo, se puede recordar el aporte de J. Goodwin y S. Wood sobre las emociones que surgen en los procesos insurgentes en América Central en los ochenta en El Salvador. En Colombia misma, dos trabajos destacables han centrado la reflexión sobre las emociones en procesos de desmovilización de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC y de las Autodefensas Unidas de Colombia AUC Bolívar, ; o sobre las motivaciones emocionales presentes entre las mujeres involucradas en la guerrilla Otero, Esos aportes nos remiten a las emociones de actores o actoras movilizados o en procesos de desmovilización.

En cuanto a las emociones de actores sociales no armados , pero afectados por el conflicto, aún son pocos los trabajos en los estudios políticos colombianos Herrera, ; Martínez, et al. A estos cabe sumar los estudios, ya mencionados, enfocados en la acción colectiva de alto riesgo Bautista, ; Peñaranda, desde la perspectiva metodológica.

Se puede añadir, en términos de comprensión de procesos de movilización y de los riesgos que se enfrentan en Colombia, el libro de S. Daviaud sobre las ONG defensoras de derechos humanos; el artículo de C. Massal , resaltando algunos riesgos enfrentados por los promotores de la paz y los defensores de derechos humanos durante la negociación del proceso de paz; o el trabajo de A.

Gómez-Suárez respecto a la feroz represión que padeció la Unión Patriótica en los años Sin ser exhaustiva, esta recensión refleja algunos aportes recientes a la comprensión de las emociones en la movilización social en Colombia. En síntesis, la literatura teórica y empírica evidencia varios ejes analíticos por resaltar:.

Las emociones en el proceso de movilización: crear afinidad, simpatía y empatía mediante emociones compartidas y expresadas en la movilización misma; reclutar activistas y encontrar aliados Poletta y Jasper, ; Jasper, Las emociones en el transcurrir de la vida de los actores movilizados: mantener o reactivar la movilización mediante la fiesta y actividades artísticas Jasper, La relación entre emociones e identidad colectiva, cultura y memoria de los actores movilizados, dimensión analítica que cobra bastante importancia en los estudios empíricos en Colombia Herrera, ; González, El rol de las emociones en la movilización social adquiere así una mayor relevancia en el estudio sociológico, antropológico y, en menor grado, politológico.

Se evidencia un debate muy rico, con muchas aristas y complejidades tanto conceptuales como metodológicas. Ahora bien, al examinar las emociones que surgen en la protesta, los estudios acerca de procesos de movilización considerados de alto riesgo entre diversos grupos, específicamente campesinos o movimientos de víctimas Arias, ; Herrera, ; González, ; Bautista, , subrayan una diversidad de emociones presentes, simultánea o sucesivamente: el miedo frente a la represión, la violencia contextual o la intimidación dirigida a los actores sociales; el aislamiento como en el caso de los desplazados en Colombia , o la falta de apoyo en el entorno local o nacional y la consiguiente soledad; la indignación o la ira más o menos explícitas , la desconfianza y el subsiguiente silencio como modo de protección; la pérdida de fe en la palabra oficial, pero también la fraternidad, la solidaridad, la confianza, el orgullo, la alegría, entre otros.

Algunas pueden ser más o menos esperadas el miedo o el orgullo por vencerlo , mientras otras son más tenues o más inesperadas. Pero es importante resaltar que, en medio de las más complejas situaciones, las emociones no son de una sola tonalidad y se mezclan.

A pesar de la represión, por ejemplo, las mujeres pueden resaltar el placer de la acción colectiva, por los encuentros que permiten acercarse y conocerse, conversar o salirse de ciertos roles de género tradicionales, como lo revela E. Wood al observar diversas emociones durante los procesos insurgentes en El Salvador El por qué surge tal o cual emoción, a su vez, responde a las condiciones específicas de movilización en cada caso, más aún tomando en cuenta la necesidad de ubicar el análisis sobre las características del riesgo a nivel local Peñaranda, , por lo que no es posible generalizar.

Lo esencial es que no se puede decir que haya una relación automática entre tal contexto represión y tal emoción miedo, ira, indignación , y por ese motivo se requiere un detenido examen del vínculo entre emociones y contexto político, social o cultural.

Mientras las víctimas de la guerrilla, y en menor grado las del paramilitarismo, recibían más atención, comprensión o compasión. El caso del Movice evidencia que no es factible aislar el estudio de las emociones en la movilización social de un contexto estructural más amplio, como ya lo resaltaban Flam y King Hay que diferenciar emociones presentes y emociones expresadas, que no siempre concuerdan.

Por lo tanto, cabe entender qué emociones se expresan o no, y por qué. Aquí se plantean tres factores particularmente decisivos: los procesos emotivos internos del movimiento y de sus miembros, los ciclos de protesta y la recepción del entorno.

En cuanto al proceso emotivo, las emociones que surgen en la movilización, en diferentes fases, pueden ser evocadas en ciertos momentos o formatos testimonios, entrevistas , aunque suelen serlo posteriormente al momento en que surgieron, lo que implica un proceso de reconstrucción narrativa y un ejercicio de memoria individual o colectiva Martínez, et al.

Así mismo, no todas las emociones son expresadas y expresables en palabras, especialmente las que se relacionan con la violencia de género. Se recurre, por ende, a otras formas de elaboración, artísticas sobre todo, para procesarlas y, en ciertos casos, publicitarlas.

Otras emociones, como la ira o la indignación, son relativamente poco expresadas, pues en contextos de férreo control paramilitar, o por fuerzas ilegales de diversa índole, puede ser difícil hacerlas públicas sin enfrentar una fuerte estigmatización o intimidación, como lo evidencia la violencia hacia los líderes sociales a nivel local o microlocal mencionada en la parte 1.

Las emociones expresadas, u autorizadas para ser expresadas, también se relacionan con ciclos de protesta Massal, , de corta o larga duración, y con objetivos de índole estratégica, sea adentro en el movimiento o afuera hacia públicos o interlocutores. En cambio, el desconcierto, escepticismo o desánimo, la baja confianza sobre el efecto o el curso de la protesta pueden ser poco oíbles o, incluso, acallados.

De este modo, el orden de surgimiento y el de expresión de las emociones no siempre concuerdan: las emociones más aceptadas por el colectivo movilizado resultan mejor visibilizadas y otras más ocultas pueden resurgir posteriormente. Los ciclos de protesta, junto con los movimientos estratégicos internos, son una herramienta de análisis importante de rescatar para entender la evolución de las emociones en el transcurso de la movilización, en distintas escalas de tiempo.

De este modo, la recepción hostil del entorno puede aplacar o desviar la expresión de ciertas emociones, e incentivar formas menos explícitas de expresarlas por ejemplo, a través del arte y no de un discurso político , o generar desconfianza entre el grupo movilizado y la sociedad.

Esa violencia se convierte en objeto mismo de sus narrativas de movilización Martínez, et al. Las amenazas recibidas por estudiantes, docentes o investigadores que analizan esas dinámicas también complican la realización de su trabajo. Emociones en la investigación. El principal problema para entender qué emociones están presentes o no y se expresan o no es poder acudir a las fuentes directas, que no siempre son disponibles o accesibles, sobre todo cuando impera el miedo.

Aunque todo proceso de interpretación de un discurso, incluso el más aparentemente racional, conlleva dificultades, ampliamente reconocidas desde ámbitos socioantropológicos o psicológicos, puede ser incluso más complejo abarcar un discurso que reconstruye emociones y procesos emocionales pasados, a veces lejanos.

Se requiere tener la formación, o al menos la suficiente disponibilidad de tiempo, la sensibilidad o cualquier herramienta adecuada, como resaltaba E. Wood , pp.

Ella menciona así mismo algo que podría sonar obvio, y es la posibilidad misma de preguntarles directamente a los campesinos y no solo a las directivas sobre su vivencia de la movilización. Pero no siempre es factible, dada la dificultad de ubicarlos o encontrarlos cuando tuvieron que esconderse, desplazarse o exiliarse, lo cual a su vez dificulta reconstituir las trayectorias de movilización individuales.

Igualmente, Wood resalta las emociones que conllevan el mismo encuentro entre entrevistado e investigador, sobre todo la alegría y el compromiso de los campesinos insurgentes hacia su investigación. No solo al momento de tener la entrevista o el encuentro, sino posteriormente al reconstituir los discursos, se plantea una complejidad analítica.

Si bien esa complejidad no se desprende solo del hecho de hablar de emociones, es preciso resaltar la influencia de las condiciones específicas de recolección de los datos y de los discursos sobre la expresión de esas emociones.

Así, la persona del investigador o investigadora y la relación establecida con el entrevistado o la entrevistada ; el momento y el lugar, el tiempo disponible del entrevistado, la posibilidad de volverse a encontrar o no para otras entrevistas; pero también el entorno, la posibilidad de aislarse o no, la presencia de testigos y sus vínculos con el que habla , entre otros aspectos, pueden modificar o alterar el contenido o curso de la entrevista.

Esas condiciones influyen en la recolección de testimonios y en la difusión eventual de los resultados de investigación Martínez, et al.

Estos desafíos teóricos y metodológicos, aunque no son exclusivos de una investigación sobre emociones, o de un análisis en contexto de alto riesgo, adquieren más fuerza tanto en términos de responsabilidad del investigador hacia sus fuentes como en términos de la reflexión sobre su papel dentro del contexto de movilización específico.

Este artículo pretende realizar un triple aporte: a partir de un caso de reflexión más concreto, el de Colombia, que enfrenta varios obstáculos a la movilización social, en el contexto del posacuerdo de paz, para plantear varios desafíos y reflexiones en torno a la relación entre alto riesgo y emociones; b desde las inquietudes planteadas en el caso de estudio, retomar la evolución del concepto de activismo de alto riesgo a nivel teórico y metodológico, y observar su pertinencia analítica en el caso mencionado; c explicar la pertinencia y relevancia del estudio de las emociones en la comprensión de la movilización social y en particular la de alto riesgo.

El caso colombiano se abordó desde tres preguntas: ¿cuáles son las características del escenario de posacuerdo actual que plantean obstáculos a la movilización social?

A través de los estudios disponibles, tanto metodológicos como empíricos, se evidencian al menos tres factores: i una caracterización del riesgo a nivel local, en función de la configuración de actores y la historia regional; ii una continuidad histórica de la represión, anterior al conflicto armado y desvinculada de este, lo que explica, en parte, que esta represión sigue o se incrementa a pesar de la negociación de un acuerdo de paz, en un contexto de redefinición del control territorial por actores no estatales; y iii el riesgo, que no es un mero costo, está localmente situado —y debe ser analizado a escala local o microlocal —; es variable en el tiempo, en función de la historia de cada región, así como de la historia del actor movilizado y de sus estrategias para enfrentarlo.

En suma, distinto al énfasis puesto por McAdam en las condiciones de compromiso previas a la acción riesgosa que ostentan los militantes, aquí la variable más determinante para evaluar el riesgo que conlleva la protesta es la configuración local de actores , en particular los no estatales, frente a los que se moviliza.

Esa aseveración se evidencia en los trabajos e informes que describen las modalidades de represión y hostigamiento hacia los actores movilizados y sus potenciales aliados.

Lo que se puede inferir de la literatura sobre militantismo riesgoso y emociones es que estudiar el militantismo de alto riesgo implica especificar a nivel empírico y teórico la complejidad de los vínculos entre emociones, movilización y represión.

Los aportes del debate específico sobre emociones y alto riesgo son por lo menos tres. Así, el activismo de alto riesgo no siempre se parece al que se ha concebido tradicionalmente, radicalizado ideológicamente y muy anclado en una larga trayectoria militante Loveman, ; Crettiez, , sino que, en ciertos contextos, es mucho más flexible, adaptativo, oportunista en el sentido de aprovechar oportunidades , no tan predeterminado, ni tan predecible como argumentaba McAdam.

Es más tambaleante, oculto, menos fácil de rastrear en el tiempo de lo que uno quisiera idealmente como investigador. El segundo aporte es que el estudio de las emociones se ha vuelto cada vez más relevante e ineludible para la comprensión más refinada de la movilización social, particularmente la de alto riesgo.

Esta contrarresta buena parte de los planteamientos del paradigma racionalista. Adicionalmente, estudiar casos de movilización débil o fallida, entender el alejamiento, la pérdida de compromiso o la salida provisional o definitiva de la acción, también es necesario.

El análisis de las emociones, muchas veces ocultas o calladas, durante o después de la desmovilización, es una tarea pendiente, porque las emociones influyen en los ciclos de protesta a nivel macro y microsocial. El tercer aporte es la reflexión sobre la represión en diversas modalidades, tratado aquí más tangencialmente.

No solo se trata, como lo enfatizaban Combes y Fillieule , de salir del eterno debate sobre si la represión inhibe o cataliza la movilización, sino de repensar juntas las modalidades de la represión, militar, paramilitar o de otra índole, examinando las interacciones entre ellas.

También es preciso tomar en cuenta, en el caso colombiano, una trayectoria política de represión anormalmente elevada en un contexto formalmente democrático Gutiérrez, El balance de estos cien años de represión plantea interrogantes y paradojas de fondo en torno a la relación entre democracia, paz, represión y movilización social.

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